
Una gran variedad de cultivos se ve afectada por esta plaga; algunas de estas variedades son: las fresas, las patatas y los tomates, no obstante, existen muchas más variedades amenazadas por los caracoles y las babosas.
Cuando las plantas son jóvenes y suculentas es cuando mayor es el riesgo de sufrir daños causados por esta plaga.
Los erizos y los tordos se comen a los caracoles y las babosas, aunque si no disponemos de estos animales en nuestra zona, también podemos optar por utilizar nematodos, que son un buen control biológico. También podemos utilizar un molusquicida compuesto por sulfato de aluminio para las babosas.