El alcohol, al igual que cualquier cosa que entra en nuestro organismo, puede incurrir en nuestra salud. Aunque recientemente varias investigaciones corroboran que consumir pequeñas cantidades de alcohol durante las comidas puede ser beneficioso porque el consumo moderado puede reducir el riesgo de cardiopatías, que es una de las mayores causas de muerte tanto en hombres como en mujeres, también debemos pensar en el efecto que esa cantidad de alcohol pueda tener en nuestra piel.
Qué hace el alcohol:
- El alcohol retiene la humedad necesaria para nuestra piel y la deshidrata, lo que provoca signos de envejecimiento precoz, sequedad, escamaciones y pequeñas arrugas.
- Disminuye la cantidad de vitaminas A, B y E, que son nutrientes esenciales.
- El alcohol puede aumentar el daño que los radicales libres provocan en nuestra piel y dañar los tejidos, afectando en el aspecto y la constitución de la piel.
- El alcohol dilata los vasos sanguíneos, y lo que al principio puede ser una apariencia sonrosada, cuando el consumo es excesivo se dificulta la circulación e impide la correcta cantidad necesaria de oxigeno que nuestras células necesitan. Así nuestra piel se estropea y se incrementa el riesgo de que se rompan pequeñas venas, haciendo que aparezcan manchas o enrojecimientos en la piel.
- La ingesta de alcohol puede disminuir el apetito, lo que puede provocar una mala alimentación, originando un aspecto poco saludable de nuestra piel y un color amarillento.
Beber lo justo:
Aunque sabemos que el alcohol es perjudicial para la piel, no es necesario dejar de tomarlo totalmente, aun más si nos gusta tomarlo ocasionalmente.
- Hay que beber moderadamente: al igual que un consumo menor es beneficioso para la salud, un consumo excesivo puede perjudicarla.
- No sólo es importante la cantidad de alcohol que consumimos, sino en qué momento lo hacemos. No es bueno el no beber durante la semana para excedernos el fin de semana. Esto produce una sobrecarga en el hígado y aumenta la cantidad de toxinas que circulan por el cuerpo. Los efectos que previenen la formación de coágulos dura entre 24 y 48, lo ideal para el organismo es distanciar el consumo de alcohol.
Cuándo hay que tener cuidado:
Hay personas que deben tomar precauciones con el alcohol, especialmente en estos casos:
- Personas con enfermedades hepáticas.
- Cuando se lleva tiempo consumiendo excesivamente.
- Si se está en tratamiento con alguna medicación que tenga cierta interacción con el alcohol.
- Personas que van a conducir.
- Personas que trabajan con maquinaria pesada o peligrosa.
- En el embarazo hay que reducir el consumo de alcohol, aunque una copa al día difícilmente perjudicará al feto.
- Las mujeres tienen menor peso y musculatura que los hombres y tienen más grasa. Además tienen menos cantidad de una encima que neutraliza el alcohol, por lo que deben tomar menos cantidad de alcohol, porque los efectos de éste son mayores.
Los medicamentos y la piel:
Hay medicamentos, tanto comprados con receta como sin ella, que pueden tener efectos perjudiciales en la piel, por ejemplo:
- Los antibióticos pueden causar sarpullidos.
- Los tratamientos de sustitución hormonales o anticonceptivos aumentan la sensibilidad a la luz solar (fotosensibilidad), y al exponer la piel a los rayos solares pueden desarrollar problemas en la pigmentación de la piel, haciendo aparecer manchas.
- Algunas personas pueden ser alérgicas a algún colorante de ciertos medicamentos o a la cubierta de algunas cápsulas (aunque no se sea alérgico al medicamento en cuestión).
Consultar a un especialista:
Debemos consultar a un especialista, médico o farmacéutico, siempre que después de tomar un medicamento aparezca alguna alteración cutánea como erupciones o alteraciones alérgicas. También deberíamos, antes de tomar un medicamento, preguntarle a nuestro médico si tiene algún efecto secundario que pueda afectar a nuestra piel.
Qué hace el alcohol:
- El alcohol retiene la humedad necesaria para nuestra piel y la deshidrata, lo que provoca signos de envejecimiento precoz, sequedad, escamaciones y pequeñas arrugas.
- Disminuye la cantidad de vitaminas A, B y E, que son nutrientes esenciales.
- El alcohol puede aumentar el daño que los radicales libres provocan en nuestra piel y dañar los tejidos, afectando en el aspecto y la constitución de la piel.
- El alcohol dilata los vasos sanguíneos, y lo que al principio puede ser una apariencia sonrosada, cuando el consumo es excesivo se dificulta la circulación e impide la correcta cantidad necesaria de oxigeno que nuestras células necesitan. Así nuestra piel se estropea y se incrementa el riesgo de que se rompan pequeñas venas, haciendo que aparezcan manchas o enrojecimientos en la piel.
- La ingesta de alcohol puede disminuir el apetito, lo que puede provocar una mala alimentación, originando un aspecto poco saludable de nuestra piel y un color amarillento.
Beber lo justo:
Aunque sabemos que el alcohol es perjudicial para la piel, no es necesario dejar de tomarlo totalmente, aun más si nos gusta tomarlo ocasionalmente.
- Hay que beber moderadamente: al igual que un consumo menor es beneficioso para la salud, un consumo excesivo puede perjudicarla.
- No sólo es importante la cantidad de alcohol que consumimos, sino en qué momento lo hacemos. No es bueno el no beber durante la semana para excedernos el fin de semana. Esto produce una sobrecarga en el hígado y aumenta la cantidad de toxinas que circulan por el cuerpo. Los efectos que previenen la formación de coágulos dura entre 24 y 48, lo ideal para el organismo es distanciar el consumo de alcohol.
Cuándo hay que tener cuidado:
Hay personas que deben tomar precauciones con el alcohol, especialmente en estos casos:
- Personas con enfermedades hepáticas.
- Cuando se lleva tiempo consumiendo excesivamente.
- Si se está en tratamiento con alguna medicación que tenga cierta interacción con el alcohol.
- Personas que van a conducir.
- Personas que trabajan con maquinaria pesada o peligrosa.
- En el embarazo hay que reducir el consumo de alcohol, aunque una copa al día difícilmente perjudicará al feto.
- Las mujeres tienen menor peso y musculatura que los hombres y tienen más grasa. Además tienen menos cantidad de una encima que neutraliza el alcohol, por lo que deben tomar menos cantidad de alcohol, porque los efectos de éste son mayores.
Los medicamentos y la piel:
Hay medicamentos, tanto comprados con receta como sin ella, que pueden tener efectos perjudiciales en la piel, por ejemplo:
- Los antibióticos pueden causar sarpullidos.
- Los tratamientos de sustitución hormonales o anticonceptivos aumentan la sensibilidad a la luz solar (fotosensibilidad), y al exponer la piel a los rayos solares pueden desarrollar problemas en la pigmentación de la piel, haciendo aparecer manchas.
- Algunas personas pueden ser alérgicas a algún colorante de ciertos medicamentos o a la cubierta de algunas cápsulas (aunque no se sea alérgico al medicamento en cuestión).
Consultar a un especialista:
Debemos consultar a un especialista, médico o farmacéutico, siempre que después de tomar un medicamento aparezca alguna alteración cutánea como erupciones o alteraciones alérgicas. También deberíamos, antes de tomar un medicamento, preguntarle a nuestro médico si tiene algún efecto secundario que pueda afectar a nuestra piel.