
En ocasiones las zonas afectadas segregan unas gotas de goma de color ámbar. En primer lugar se marchita el tronco, y más tarde las hojas y las flores.
Para controlar esta enfermedad procederemos a cortar y quemar las ramas afectadas. Una vez los pétalos se caigan, pulverizaremos los árboles con un fungicida con una base de cobre. Deberemos continuar el tratamiento, que consistirá en pulveriza tres veces más con espacios de una semana, desde finales del verano en adelante.
Para prevenir el chancro bacteriano deberemos poner soportes en las ramas cargadas de frutos.