
La uva es la cosecha de fruta más grande del mundo. Esto se debe al gran consumo de vino que hay por todas partes. No obstante, no todos los cultivos de uva están destinados a la producción de vino. La planta que produce uvas se llama “Vid” (en plural “Vides”).
El crecimiento de las vides es excelente y distinguido, y su follaje ofrece mucha sombra. Si son emparrados sobre un soporte o un emparrado, establecen un agradable ambiente de paz.
Si se cultivan junto a clemátides, tendremos las plantas ideales para una glorieta. Cuando se encuentran en climas cálidos crean techos sobre las terrazas, perfectos para sentarse bajo una agradable sombra moteada. Cuando se cultivan en invernaderos, ofrecen a las plantas que se encuentran debajo una sombra muy apropiada.
Existen variedades que aguantan mejor las bajas temperaturas, y otras más sensibles. Una de las variedades más cultivadas en América es la famosa “Concord”, una modificación de la originaria especie Vitis labrusca. En cambio, las cultivadas en Europa suelen provenir de una especie distinta llamada Vitis vinifera.
El cultivo de las uvas:
Es imprescindible realizar una poda y un emparrado apropiado, tanto para las vides cultivadas en el exterior como para las vides cultivadas en interior. En los lugares fríos y lluviosos crecen demasiado, por lo tanto debemos acortar su crecimiento para que produzcan frutos.
Suelo y sitio para el cultivo de las uvas:
Las vides son plantas vigorosas, no obstante, las uvas tienen una mejor maduración en los lugares donde los veranos son largos y cálidos. La variedad más resistente de todas es la “Concord”, que puede aguantar en lugares donde variedades menos resistentes de Vitis vinifera, como por ejemplo la “Müller Thurgau” o la ”Siegerrebe”, se debilitarían enseguida. Si son cultivadas en las zonas más frías, deberemos proporcionarles un muro resguardado y soleado y un suelo fértil que esté bien drenado.
La plantación de las vides:
Las vides deben plantarse desde mediados del otoño hasta finales del invierno, con una separación de 1,2 a 1,5 metros.
Los cuadros de invernadero tienen que ser llenados con una mezcla de greda y estiércol. Como alternativa también podemos plantar las vides en exterior en otoño con el tallo principal por la parte interior del invernadero para lograr que las ramas que vayan desarrollándose estén al resguardo del cristal.
Cuidados del día a día:
El ambiente del invernadero debe mantenerse húmedo regando a menudo el suelo, y debe estar bien ventilado enseguida que las vides comiencen a florecer. Polinizaremos las flores a mano con la ayuda de un pincel suave.
Aclararemos los racimos de las uvas y dejaremos uno por cada 30 centímetros de tallo. Cuando veamos que las uvas comienzan a inflarse procederemos a cortar las de menor tamaño y las que estén más amontonadas en el centro del racimo. Cada 10 días pondremos un fertilizante líquido hasta que las uvas hayan completado su maduración. Mientras estén madurando deberemos confirmar que el invernadero se encuentre bien ventilado y de que no esté tan húmedo.
Durante el invierno deberemos dejar que las parras reposen disminuyendo la temperatura, desatando las ramas de los alambres y dejándolas en el suelo. Así, cuando la savia comience a subir a principios de la primavera, irá directa a la punta de los tallos. Si vemos que las ramas de las vides no se sueltan, sólo brotarán las yemas que estén más abajo. En primavera volveremos a atar las ramas a los alambres con cordeles, tienen que pasar el invierno en el suelo para que la savia llegue a todas partes y las yemas broten por igual a lo largo de los tallos. Hay variedades, como la “Muscat of Alexandría” que pueden requerir más calor en primavera y crecen mejor si la temperatura en la época de crecimiento se puede establecer entre 10º y 13ºC. Todos los años a comienzos de la primavera abonaremos con estiércol las vides que estén al exterior.
Poda y guía de las vides:
Las parras cultivadas en invernaderos tienen que ser guiadas con alambres puestos con una separación 30 centímetros y como mínimo a 15 centímetros del cristal. El tallo principal debe ser colocado verticalmente y los laterales de forma horizontal a lo largo de los alambres. Una vez las parras hayan florecido, podaremos los laterales y solamente dejaremos dos hojas por encima de los racimos de uvas. Cualquier brote lateral que salga más tarde debe ser despuntado, y tenemos que dejar 1 o 2 hojas como máximo.
Después de la fructificación, en otoño, procederemos a podar el tallo principal con el fin de que quede un tronco vigoroso y de madera bien madura, y también podaremos los laterales dejando solamente 2 yemas.
Guiaremos las parras en paredes al exterior dejando que sólo crezcan 3 o 4 tallos principales de un solo patrón como máximo. Pasado el primer año volveremos a cortar los brotes en dos tercios, y lo volveremos a hacer todos los años a comienzos del otoño hasta que todo el espacio posible haya sido cubierto.
En las plantas jóvenes ataremos los laterales y dejaremos que crezcan hasta aproximadamente 60 centímetros antes de despuntarlos. En cambio, en las plantas maduras podaremos los laterales por encima de los racimos de flores, y no dejaremos más de 2 hojas. Los sublaterales (es decir, los brotes que crecen de los laterales) deben ser cortados para dejar solamente 1 hoja.
Producción en la recolección de uvas:
Por cada vid madura obtendremos más o menos 7 kilos de uvas. Cuando vendimie, cortaremos los racimos de modo que tengan un trozo de tallo en forma de T. Si deseamos conservarlos durante un tiempo, pondremos un extremo del tallo en agua.
Enfermedades y plagas de las vides:
La peor enfermedad que sufren las vides de interior y de exterior es el famoso oídio. Es una enfermedad que surge normalmente cuando las plantas son regadas de forma insuficiente. Para controlar el oídio pulverizaremos las plantas con un fungicida sistémico, que también servirá para tratar la Botrytis (moho gris), la cual suele ser más grave en las vides cultivadas en el exterior en épocas lluviosas.
La araña roja es una plaga que puede infectar las vides cuando se encuentran en invernaderos secos y calurosos. La mejor forma para controlar esta plaga es regando el suelo a menudo.
Variedades más cultivadas por los horticultores:
Uvas negras de exterior:
“Concord”: Soporta veranos fríos y tiene una excelente fructificación.
“Brant”: Se trata de una de las mejores y más prolíficas cosechas. Su follaje en otoño es muy bello.
Uvas blancas de exterior:
“Müller-Thurgau”: Esta variedad produce una de las mejores uvas para la producción de vinos, aunque también es muy consumida en la mesa.
“Siegerrebe”: Variedad que produce uvas dulces tipo moscatel, excelentes para la producción de vino y también para comer.
“Madeleine Silvaner”: Es una buena opción cuando se trata de un cultivo de uvas en situaciones frías, aunque no tiene cosechas demasiado abundantes.
Uvas blancas de invernadero:
“Muscat of Alexandria”: Es una variedad tradicional cuyo sabor es exquisito, requiere calor.
“Foster’s Seedling”: El sabor de los frutos que produce esta variedad es muy bueno y las cosechas son abundantes.
Uvas negras de invernadero:
“Black Hamburgh”: Es una de las mejores uvas para el consumo de mesa, su fructificación es abundante y tiene una buena maduración.