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Poda y formación de frutales de baya y vides

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Igual que los árboles frutales, los frutales de bayas pueden ser cultivados como frutales de caña o pequeños árboles de forma decorativa. Pondremos las zarzamoras en espalderas para que éstas actúen como separador dentro del huerto, o plantaremos un grosellero en arbolito de copa redonda con un tallo de 1,2 metros para que sobresalga entre las flores anuales. También pueden armarse los groselleros rojos. Podemos darles forma de doble cordón, como si se tratase de una copa de vino, con los dos tallos que se dividen de un solo tronco y se arman verticalmente. Dentro de este grupo, las que requieren una poda más delicada son las vides. Cuando se cultivan en suelos buenos, les crecen demasiadas hojas y deben ser podadas para que florezcan y fructifiquen. En el caso de las vides emparradas, no requieren una poda tan meticulosa; no obstante, las parras cultivadas en invernadero requieren más atención.

Poda y formación de frutales de caña:
Frambuesos:
Los frambuesos requieren una poda anual, aunque se trata de un trabajo sencillo. Una vez hayan fructificado las variedades de verano, cortaremos los tallos viejos cerca del suelo y aclararemos los tallos nuevos, dejando como máximo 5 o 6 tallos fuertes en cada grupo original. En caso de emplear el sistema de estacas y alambres, ataremos a alambres de soporte los nuevos tallos. A finales del invierno, cortaremos la parte superior de todos los tallos que sobresalgan del alambre más alto. Los frambuesos cuya fructificación tiene lugar en otoño, exigen un tratamiento algo distinto, puesto que los frutos se desarrollan en los tallos que se han formado un poco antes en la misma estación. Cortaremos, a finales del invierno, los tallos viejos fructificados a ras del suelo, y aclararemos los brotes nuevos paulatinamente conforme vayan creciendo durante la estación.

Armado del frambueso:


1. Estacas y alambres: Se trata del método de soporte que menos espacio ocupa. La altura de los postes debe ser de 1,8 metros con 3 alambres paralelos extendidos entre ellos (el primero debe estar a 75 centímetros del suelo).

2. Alambradas paralelas: Atar los tallos no es imprescindible. Pondremos dos hileras de postes con un espacio de 75 centímetros y dos alambres a lo largo de cada hilera. Debemos cruzar unas cuerdas entre los alambres.

3. Atado: Cuando se hayan podado los tallos viejos procederemos a atar los nuevos. Pondremos hilo bramante alrededor y a lo largo del alambre para que se mantengan bien. Con ésto evitaremos que se suelten los tallos con el viento.

Híbridos de bayas:
Si deseamos armar híbridos de bayas (como es el caso de las zarzas de Logan) en alambradas para elaborar una pantalla, pondremos la primera alambrada a una distancia de 1 metro del suelo con varios alambres paralelos por encima. Debemos atar los brotes correctamente a los alambres y dejar los tallos nuevos en el centro y los viejos con los frutos en los alambres exteriores (ver más adelante “el armado de las zarzamoras”). Tras la recolección de los frutos, procederemos a cortar los tallos viejos; los nuevos tendremos que desatarlos y atarlos ocupando el lugar de los viejos.

Zarzamoras:
Los procedimientos de las zarzamoras son los mismos que los de los híbridos de bayas. Podaremos cada año los tallos fructíferos, tras haber recolectado la cosecha. Si tenemos cultivos tardíos (como “Himalaya Giant”), es posible que ésto no ocurra hasta mediados del otoño. Pondremos los tallos nuevos en forma de abanico y los ataremos para sustituir los viejos. Si se trata de Himalaya Giant, el cual no desarrolla tantos tallos como otras variedades de zarzamora, tendremos que dejar una parte de las ramas viejas en cada estación.

Armado de las zarzamoras:
Debemos poner los tallos nuevos en el centro como si se tratase de una fuente. Tras podar los tallos fructíferos en otoño, pondremos los brotes nuevos en forma de abanico.


Arbustos de bayas:
Arándanos:
Es mejor recortar los arbustos en lugar de podarlos demasiado. Comenzaremos en invierno, cortando las ramas secas o estropeadas y varias ramas viejas. En primavera, con la ayuda de unas tijeras, cortaremos la parte superior de los arbustos para que se mantengan compactos.

Groselleros:
Los groselleros blancos y los rojos de podan del mismo modo, aunque la poda de los negros es diferente. Los groselleros blancos y rojos dan frutos en los espolones de las ramas viejas, pero los negros producen frutos en las nuevas, en las de un año. Una vez hayan acabado de fructificar, cortaremos como mínimo una tercera parte de la madera seca y vieja y dejaremos cuantos más brotes nuevos mejor, de color marrón claro, donde crecerán los frutos el próximo año. La poda de los groselleros blancos y rojos puede ser menos radical debido a que dan frutas en las ramas viejas. Después de fructificar, o durante el otoño y el invierno, acortaremos las ramas en un tercio para que los arbustos permanezcan compactos y con forma. En el caso de los groselleros blancos y rojos en forma de cordón, podaremos oblicuamente las ramas laterales, de modo que queden a unos 3 centímetros del tallo principal.

Los groselleros rojos en cordón doble son muy característicos por su elegancia. Dejaremos que crezca un esqueje con raíz con solamente un tallo, sin ramas laterales. Si su crecimiento es bueno y alcanza una altura de aproximadamente 75 centímetros, cortaremos el tallo a 25 centímetros del suelo y dejaremos una yema fuerte a cada lado por debajo del corte. Estas dos yemas pasarán a ser brotes laterales, los cuales deberemos colocar en cañas, con un ángulo de 45º. Una vez que los extremos de estos brotes estén al menos a 45 centímetros de distancia, bajaremos las cañas hasta formar un ángulo de 30º y sujetaremos más cañas verticales a los alambres. Debemos seguir colocando los brotes en la nueva posición vertical. Lo podaremos del mismo modo que haríamos con un cordón sencillo.

Poda del Grosellero negro: 



Groselleros de espino:
Los groselleros de espino son arbustos que fructifican aunque no se poden de forma regular, pero la tarea de recolecta es más sencilla si cortamos cada año algunos tallos a finales del otoño o en invierno, para que el centro del árbol quede abierto y así que el aire pueda correr entre las ramas (además, también evitaremos que sufran el mildiu del grosellero); también acortaremos las ramas largas que puedan torcerse a causa del peso de las grosellas. En el caso de los árboles en cordón, procederemos a acortar los brotes laterales, dejando 3 yemas, y en los de tallo alto, cortaremos de forma oblicua las ramas como mínimo un tercio para que quede una copa con una forma elegante.

Parras:
En cordón:
Cultivadas en invernadero, las parras se deben sujetar con alambres con una separación de 30 centímetros y al menos 15 centímetros de distancia del cristal. El tallo principal debe armarse verticalmente y los laterales horizontalmente a lo largo de los alambres. Una vez hayan florecido las vides, podaremos oblicuamente los laterales y dejaremos dos hojas por encima de cada racimo. Debemos cortar todos los brotes que comiencen a salir de los laterales y dejar como mucho dos hojas. Tras la fructificación, cortaremos el tallo principal hasta donde la madera esté bien madura y cortaremos los laterales a dos yemas.

Parras en espaldera en la pared:
Debemos guiar las vides en la pared dejando que crezcan 3 o 4 tallos principales como mucho a partir de un solo patrón. Una vez concluido el crecimiento de un año, cortaremos las ramas a dos tercios y volveremos a hacer el mismo procedimiento cada año en otoño hasta llenar todo el espacio disponible. En el caso de las plantas jóvenes, ataremos los laterales y dejaremos que crezcan hasta 60 centímetros antes de despuntarlos para frenar su crecimiento. Si se trata de plantas adultas, debemos cortar los laterales por encima de los racimos de flores, dejando 2 hojas como máximo. Los brotes sublaterales, es decir, los que crecen en los laterales, deben cortarse a una hoja.

El sistema Guyot:
Las parras cultivadas en exterior también pueden armarse con el sistema Guyot (llamado así por el nombre de la persona que lo descubrió). Para llevarlo a cabo, necesitaremos una serie de alambres paralelos separados por 30 centímetros, extendidos entre postes o sujetos a la pared. Una vez plantadas las vides cuando están latentes a finales de otoño, podaremos las ramas que habían crecido durante la pasada estación, dejando como mucho 2 yemas. Durante el primer verano, guiaremos un solo brote verticalmente en los alambres, atándolo a intervalos regulares. Podaremos los demás brotes que crezcan. Durante el otoño o a comienzos del invierno, cortaremos ese brote y dejaremos unos 75 centímetros. Desataremos las ataduras y volveremos a atar el tallo horizontalmente a lo largo del alambre inferior.

En la próxima estación, brotarán algunos brotes de este tallo. Deberemos guiarlos verticalmente por los alambres. Una vez se hayan desarrollado las uvas, cortaremos todos los brotes menos los dos más próximos al patrón original. Acortaremos estos brotes a aproximadamente 75 centímetros y los ataremos a lo largo del alambre inferior. Del mismo modo que antes, guiaremos verticalmente los nuevos brotes del verano; después repetiremos el procedimiento de podar casi todos los brotes y elegiremos los nuevos para atarlos en el alambre inferior en otoño o a comienzos del invierno de cada año.

La poda de una parra en cordón:


1: En otoño cortaremos el tallo principal hasta donde comienza la madera madura. Cortaremos todos los tallos laterales, dejando 2 yemas, a fin de que los espolones crezcan en esos puntos.
2: En primavera aclararemos los espolones a dos laterales. En verano podaremos los laterales dejando dos hojas después del último racimo. Debemos cortar los racimos de flores débiles.

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